Somos una iglesia con visión de crecimiento, de alcanzar los pueblos, de predicar en las calles, de cubrir la necesidad, de acudir a los hospitales, a los orfanatos, a las cárceles; llegar donde muchos no llegan así como Jesús nos enseñó. Nuestra misión es llevar un mensaje de esperanza, de consuelo, de paz, de amor, de restauración, de unión, de sanación… para poder abrir una ventana delante de tantas situaciones por las que son golpeadas muchas personas.
¿Qué es visión? Es un sueño creativo de Dios puesto en la mente y corazón de una persona para que lo ejecute o le lleve a cabo. Cada persona debe tener una visión de lo que anhela o espera en su vida y la de sus seres queridos. Probablemente todos han tenido una visión en su vida, tal vez el realizarte como profesional, como madre, esforzarte y poner más empeño en tu trabajo para que puedas lograr ganar más. Los que son padres, seguramente, con respecto a sus hijos, has visualizado el día de su graduación o su boda; pues eso es una visión.
¿Sabes una cosa? Dios conoce tus sueños y anhelos, lo que Él más desea es que se hagan realidad, pero antes de todo, quiere que recibas la visión que Él predestinó para que la desarrolles en el Reino de Dios, esa es la razón principal de tu creación; tú tienes un propósito divino para el que Dios te escogió y llamó. Su Palabra declara en Jeremías 1:5 “antes de que te formase en el vientre de tu madre, te escogí, te conocí y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones”. Esta es tu verdadera razón de existir, ser el enviado de Dios para llevar buenas nuevas
Jesús fue un claro ejemplo para cumplir el sueño del corazón del Padre. Él sabía y conocía su propósito por el que había venido a este mundo. Él digo: “vamos a lugares vecinos, para que predique allí también, porque para esto he venido” Marcos 1:38. El Señor sabía lo que tenía que hacer y cómo hacerlo, conocía lo que le esperaba, sin embargo nunca trató de desarrollar su propósito solo, sino que siempre buscó la guía y el consejo del Padre en oración. Recuerda que para poder llevar a cabo con éxito la visión que Dios ha puesto en tu corazón, deberás trabajar juntamente en equipo con su Santo Espíritu, estando en comunión por medio de la oración
Jesús no se movió por sus sentimientos, ni deseos; sino que estaba dispuesto a cumplir el mandato de su Padre, y complacerle con lo que hacía. Vemos en Marcos 1:11 “tú eres mi Hijo amado, en ti tengo complacencia”. Cuando llevamos a cabo la visión que Dios ha predestinado para nuestras vidas, Él se complace en ti.